miércoles, 7 de mayo de 2014

Herejías Cultas*

Indudablemente durante toda la Edad Media hubo herejías cultas, es decir, herejías dogmáticas, teóricas e intelectuales, que fueron obra de teólogos o filósofos. ( ... ) El grupo social al que pertenecen estos herejes eruditos no está constituido por otros herejes, sino por otros eruditos. Quieren ser más eruditos que los demás, sin pretender oponerse a la fe de la Iglesia ni tampoco al dogma católico. Sin embargo, a veces herejes cultos dieron origen a una herejía popular o a otra secta herética."  ¿Cuál es el límite para que un hereje culto pase a ser el heresiarca de un movimiento del que participen activamente diferentes sectores? Si bien en muchos casos el hereje culto lo es sólo por su afán de erudición, la herejía sólo puede transformarse en popular si logra franquear los altos muros de Iglesias y Universidades, asentándose sobre las cabezas de los hombres comunes, ya que hay otro elemento esencial para el análisis: la reacción de las clases privilegiadas contra la alteración del status quo. Si bien la Iglesia era la principal afectada y estaba dispuesta a todo para mantener su situación de hegemonía, los sectores privilegiados, aunque ocasionalmente enfrentados con ella, la preferían viva, acumulando riquezas y permitiéndole continuar con sus ventajas, a transformada en la "Iglesia de los pobres", en un bastión desde donde el pueblo se lanzara a conquistar la tan temida y bíblica igualdad entre los hombres. Por lo tanto, los llamados herejes cultos, que inevitablemente pertenecen a los sectores acomodados, si no pregonan su herejía es porque son más cultos que herejes; pero cuando la predican deben romper primero las barreras que les ponen sus pares. El discutido caso del bohemio Jan Hus, quien siempre consideró que la ortodoxia podía ser modificada desde la estructura de la Iglesia, produce un quiebre en la concepción del hereje culto. Hasta el momento de ser quemado no dejó de predicar acerca de la igualdad de los hombres ante Dios. Al movimiento lo fundarían sus discípulos directos al descubrir en sus cenizas dispersadas en un río que el verdadero error de Hus fue esa confianza. 



*Se ignora el autor

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