domingo, 11 de mayo de 2014

El Milenio Peligroso*

El mundo de Cristo es un mundo de pobres. Quienes poseen riquezas serán Sus enemigos. Las crónicas de algunos movimientos heréticos hablan por sí mismas. Fra Dolcino de Novara llegó a tener 1400 seguidores que combatieron a las fuerzas eclesiásticas. Era un típico líder mesiánico que negaba la autoridad de la jerarquía de la Iglesia. Consideraban que la pobreza debe ser un estado de perfección espiritual extendido y universalmente practicado. Dolcino fue atrapado en 1306, pero aún en 1333 se libraban juicios contra sus discípulos por los asaltos que practicaban para repartir el botín entre los pobres, como les enseñara su maestro. "Las fuentes mencionan o permiten suponer que se persiguió a los flagelantes porque actuaban sin permiso de la Iglesia o del obispado. ( ... ) La causa principal de su persecusión hay que buscarla no en las acusaciones, sino en que el movimiento de los flagelantes acusaba a la Iglesia de ser negligente en sus deberes y amenazaba con tornar superflua la jerarquía. ( ... ) 'Sólo Dios actúa en nosotros por su gracia, sin el ministerio del sacerdote.'( ... ) Se les acusaba además de atacar los bienes y las personas de sacerdotes y laicos cristianos y de haber adoptado una actitud hostil frente a las maquinaciones financieras y la usura. Los flagelantes alemanes cantaban: 'Desgraciado de tí, usurero perdido, que haces de media onza una libra, lo que te hundirá en el infierno profundo. "El movimiento de los patarinos había nacido en Milán hacia el 1050. ( ... ) Tenía un carácter fundamentalmente religioso, aunque pudiera re-presentar al mismo tiempo la rebelión de las clases urbanas, de los humildes contra la arrogancia feudal, la protesta de los pobres contra los ricos. La exigencia de una vida religiosa más pura para los laicos y los eclesiásticos y más confor me a la ley del Evangelio, era la consigna de la rebelión de los patatini. Asaltaron las casas de los clérigos simoníacos y concubinarios y les obligaron, a menudo por la fuerza, a abandonara sus mujeres. ( ... ) A partir del siglo XI la pataria adquiere un carácter específico de rebelión popular contra la jerarquía eclesiástica, en nombre del Evangelio y de las exigencias morales. Sobre esta base, el movimiento se desarrolló luego en estrecha unión con la formación de las clases urbanas, pronto decididas a luchar enérgicamente contra la riqueza y las propiedades de la Iglesia". Tanchelmo de Amberes, a partir de 1112, se convierte en predicador ambulante. Proclamó que poseía al Espíritu Santo en el mismo grado que Cristo, llegando a comprometerse en matrimonio público con la imagen de la Virgen María. Tanchelmo eliminó los diezmos y demás impuestos, reinando sobre sus seguidores como rey mesiánico. Estableció un estandarte y escudo propios como insignias reales. Ejerció su "dominio" sobre un vasto territorio; admitiendo los canónigos de Utrecht su impotencia para detenerlo. Se cree que fue asesinado por un sacerdote en 1115. Hacia 1145, en Breaña, Eon de Estrella empezó a predicar al aire libre. Según el obispo de la región era seguido por grandes multitudes del "más bajo populacho". Se trataba de una horda violenta que destruía Iglesias, monasterios y ermitas. El arzobispo de Roven envió contra ellos un ejército que lo capturó en 1148. Frente al sínodo declaró que era él quien debía juzgar a los vivos y a los muertos. Murió de hambre en una celda, en tanto que sus compañeros fueron quemados sin arrepentirse. Los herejes de Arràs (Francia), cerca de 1050, predicaban en favor de la comunidad de bienes. En el siglo XII tuvo lugar en Roma una rebelión de las masas más pobres de la zona urbana contra el poder papal. La encabezaba el monje Arnaldo de Brescia, quien predicaba la vuelta a los hábitos de la Iglesia Cristiana antigua, a la humildad apostólica y proponía despojar al Papa de todo poder secular. Como resultado de esta rebelión, el Papa fue privado de dicho poder y se estableció la república. Sin embargo, la parte noble de la población urbana, aterrorizada de la envergadura del movimiento entró en una componenda con el Papa y acudió al emperador Federico Barbarroja para recabar sus ayuda. El movimiento finalizó en un fracaso. El emperador tomó prisionero a Arnaldo, entregándolo al Papa para que lo castigara. En su calidad de hereje terminó en la hoguera." Los taboritas, sector más radicaflzado del movimiento husita, asolaban los campos de Bohemia asesinando a los señores y quemando los castillos, robando sólo alimentos en su búsqueda del mundo igualitario, del mandato cristiano. Fundaron aldeas en las que vivían en comunidad de bienes y que estaban organizadas y dirigidas por asambleas en las que todos los hermanos tenían igual derecho. El ejército que formaron los diferentes grupos husitas combatió durante 25 años al del emperador.  Norman Cohn hace un análisis de los elementos más atractivos de estos movimientos que pretendían comenzar el Milenio de Cristo en la tierra. En contraposición con la rigidez absoluta de la absolución ortodoxa, "los movimientos o sectas milenaristas siempre conciben la salvación como un hecho:

a) colectivo, en el sentido que deber ser disfrutado por los fieles como comunidad;

b) terrenal, en el sentido de que debe realizarse en la tierra y no en el cielo fuera de este mundo:

c) inminente, en el sentido de que ha de llegar de un modo repentino;

d) total, en el sentido de que transformará completamente la vida en la tierra, de tal modo que la nueva dispensa no será una mera mejoría del presente, sino la perfección;

e) milagroso, en el sentido de que debe realizarse por, o con, la ayuda de intervenciones sobrenaturales."



El peligro se agravaba por el cuadro contagioso de los movimientos. El mayor ejemplo es, nuevamente, el de los husitas: "...en Silesia los siervos insurgentes se adhirieron al husitismo, en 1440 una gran sublevación de campesinos husitas estalló en los alrededores de Zbaszyn (Gran Polonia) y las revueltas campesinas de 1437 en Rumania y Hungría se inspiraron en el husitismo. De igual modo, los motines campesinos en la cuenca del Rin y la insurrección de los mendigos de origen urbano en la ciudad alemana de Bamberg en 1430 fueron provocados por los husitas. ( ... ) El motín de Gil Mersault, en Tournai en 1423 muestra la profunda influencia ejercida por el husitismo sobre la lucha de la burguesía en Flandes." ¿Por qué hay que acabar con los herejes? Dos peligros aparecían claros con el crecimiento de estos movimientos. El primero es que al no aceptar a la Iglesia y al dogma romano, los herejes deben constituir uno nuevo, pero esta vez eliminarán todos los pecados de los anteriores. ¿Qué diezmos cobrará una Iglesia a la que los fieles abandonan? ¿Quién les legará su propiedad? ¿Quién entregará su tierra para ganar la protección de aquéllos que no merecen su confianza? La Iglesia era atacada no sólo en el plano religioso, sino también en el económico.  El segundo, y esto ya fue planteado, amenaza a la nobleza. Quien no respeta a un predicador, no respeta su prédica; y si el derecho de los señores está avalado por un clero corrompido es que este poder no es de origen divino. ¿Es ante Dios el señor un igual al campesino? ¿Puede un rey negar el derecho que otorga el Evangelio? Para colmo, algunos movimientos planteaban la comunidad de bienes entre los fieles. ¿Entregará el noble sus propiedades? Es así como el problema de las herejías trascenderá rápidamente su inicial esfera de religiosidad para abarcar todos los aspectos de la superestructura que mantiene al régimen feudal.  Al cuestionar a la Iglesia, el hereje socaba la base ideológéca de la organización social tripartita (caballeros, clero, campesinos) cada vez menos bendita y el choque será inevitable. El combate al hereje no es sólo una cuestión de fe; para los sectores dominantes será una cuestión imprescindible para defender su cuestionada condición hegemónica. Los herejes nunca atacaron a Cristo, sino a los que se enriquecieron con su manipulación.



*Se ignora autor 

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